El libro el italiano

by Ana Paola Nuñez (Mexico)

I didn't expect to find Colombia

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Llegué aquella mañana fresca a Minca, un pueblito ubicado en una enorme montaña “La Sierra Nevada de Santa Marta” me reuní con mis amigas para dejar nuestras cosas en el hostal y realizar el recorrido. Un recorrido de más de 5 horas de camino, por montañas muy altas y caminos enlodados, recorriendo cascadas impresionantes, pozos de agua hermosos y sin duda un paisaje espectacular. Llegamos a “Los Pinos” un mirador desde el que se puede ver toda la ciudad de Santa Marta. En esta parada se encontraba una finca con una casa algo vieja pero muy bonita, de la que era propietario Don Alejandro, un señor que se dedicaba a vender café para los turistas que pasaban diariamente por el lugar. Me senté a charlar con él un par de minutos, tomando café y fumando un cigarro, cuando llego uno de sus trabajadores y comenzó a platicar conmigo. Francesco, un italiano de 23 años, guapo, que hablaba perfectamente español y tenía unos ojos interesantes, como si estuvieran gritando algo que no podía entender, sinceramente quede fascinada con aquellos ojos. Mis amigos querían continuar con el recorrido, yo estaba muy cansada y quería seguir platicando con aquellas personas tan agradables. Francesco se ofreció a bajarme en su moto para que no tuviera que irme tan pronto. Mis amigos estuvieron de acuerdo y continuaron el recorrido por su cuenta. Llego Don Luis, un señor dueño de una finca cerca a Los Pinos, en la cual cultivaba café. Un chileno muy alegre, al cual se le notaba que había vivido bastantes cosas en su vida, pero aun así era muy feliz. Nos invitó a tomar café en su casa. Escuchando sus historias el tiempo se nos fue volando, era ahora muy tarde para volver al pueblo, por lo que no había otra opción, tenía que pasar la noche Los Pinos. Francesco me mostro la finca mientras charlábamos. Él era muy lindo, muy amable, cariñoso y me veía de una manera tan particular, sus ojos realmente brillaban al verme, brillaban de una manera que nunca he visto antes. La plática se fue haciendo cada vez más y más interesante, me contaba de su vida en Italia, de porque él se había mudado a Colombia, de que era lo que le gustaba hacer, de sus pasatiempos…. entre ellos… escribir…. Me dijo que una de las cosas que más le gustaba hacer era escribir y dibujar, que incluso estaba escribiendo un libro con muchos dibujos en él y que quería mostrármelo. Al principio me pareció muy tierno y acepte ver el libro del que tanto hablaba. El libro estaba escrito en italiano por lo que yo no entendí casi ni una palabra de lo que decía, pero recuerdo que lo primero que pensé al ver aquellos dibujos fue en salir corriendo de allí. Nunca en mi vida había sentido tanto miedo como ese momento, sentía que mi vida había acabado, que yo no iba a volver a salir de esa casa. Recuerdo perfectamente los dibujos, serpientes, caras diabólicas, estrellas, cuernos, números raros, palabras muy extrañas, todo parecía como si fuera un libro diabólico, como si fuera una guía para algún ritual satánico. Le pregunte varias veces el significado de aquellas palabras y se ponía nervioso al intentar explicarme. Yo no dejaba de rezar en mi mente, pidiéndole a dios perdón por todo lo que había hecho, diciéndole al universo que era mentira cuando decía que quería cosas más interesantes para mi vida, yo solo quería volver a casa. Me pregunto varias veces si me gustaba el libro y yo ni siquiera quería contestar, no podía hablar, sentía mucho miedo. De verdad llegue a pensar que aquel chico guapo y solitario era el mismo diablo, que había sido tentada y había caído en su juego. Siguió platicándome de su vida, me dijo que en su adolescencia estuvo internado en el psiquiátrico, en donde le suministraban calmantes puesto que era una persona muy agresiva, que incluso llegaron a atarlo a la cama para que no lastimara a la gente. Esa noche no pude dormir, pensando en una infinidad de cosas, intentando comprender porque era que escribía todo eso e intentando encontrar una solución sin relacionarla al diablo.