SANAR

by Kenia Adriana Marza Magne (Bolivia)

Making a local connection Bolivia

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El llamado punto de partida, será la desesperación que invadía a mi alma, el dolor de mi corazón y el delirio que provoco mi mente, resumido en una sola palabra depresión. Describiría de manera prolongada lo que significo y relataría el dolor absorbido (más me limitaré a compartir el pequeño monologo de esta etapa). - ¿Qué hace que cada día me despierte con lastima de mi misma?, ¿qué hace? que me sienta tan deprimida en todo lugar y cada hora, que me sienta tan sola y tan desafortunada si sé que no lo soy. Lloro cada momento que puedo, no salgo, no quiero que nadie note que traigo el alma rota, me ahogo en el dolor, el dilema de gritar o seguir llorando, traigo el corazón destrozado, no tengo ganas de levantarme, me la paso tratando de evitar mis pensamientos. La voz me ha cambiado, todo se ha apagado, el brillo que yo tenía se desvaneció tras la oscura depresión. No me extenderé más, porque hoy toca hablar de un viaje, el viaje que me curo, mismo que sano heridas, que me permitió presentir la paz en su auge. Atiborrada por el entorno, por la presión social y sintiendo una completa soledad. Tome una decisión a la cual la recargue de mucha esperanza. Mientras las horas pasaban, la idea parecía menos posible, el miedo a los desconocido me invadía, significaría mi primer acto de rebeldía o quizá autonomía, y con ese pensamiento delirante levante el brazo noventa grados tomando el primer taxi. De alguna manera la fortuna me fue guiando, conspirando a mi favor. Testificaré que no he tenido la posibilidad de viajar a otro país, más el sueño sigue en pie. Sin embargo aludiré al hecho de que he conocido cada departamento de mi querida Bolivia. Volviendo al breve relato, llegue a un municipio de la ciudad de Cochabamba- Bolivia. Había escuchado hablar tanto de Toro Toro y contemple su belleza en sus fotografías, ese sería mi escenario o siguiendo con la metáfora, mi hospital. Un miedo a lo desconocido me invadía, la sensación de vulnerabilidad arrasaba con mi cuerpo. De alguna manera ese sentimiento reemplazó mi delirio, fui ahí donde discerní la primera luz, mas no sería la única, plasmada por la belleza del lugar, el contacto con gente libre, abundaba la sensación de asombro de parte de los turistas, y al pasar de tantos lugares, resumiré lo simple de la solución de mi problema, pasos después encontraría el denominada árbol de la voluntad, el motivo; la semilla había crecido debajo de una gran piedra, lo peculiar es que la piedra estaba partida justo por la mitad y de ahí emanaba un tallo, mismo tallo que empezó a florecer. Imaginar la oscuridad y la impotencia de la pequeña semillas tras estar bajo una piedra, ilumino mi camino. Vergel, abundante belleza combinada con naturaleza y de por medio unas pequeñas cataratas. Sentada al pie de manera gradual fueron cayendo lágrimas acompañadas de delirantes oraciones. Culminado mi delirio, el mundo ya no se veía tan sombrío.